Sorpresas mayúscula en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. La capital francesa se rindió definitivamente al tenista que tiene una estatua en Roland Garros, la sede del torneo que acoge la cita olímpica.
El catorce veces campeón en el templo de la tierra batida, doble oro olímpico (individual en Pekín 2008 y de dobles en Río 2016), fue uno de los grandes protagonistas de la apertura.
De repente, en su tramo final, la antorcha olímpica fue entregada a Zinedine Zidane, que caminó unos pasos hasta encontrarse inesperadamente con Rafa Nadal, vestido con el uniforme de la delegación española.
El tenista de las 22 coronas de Grand Slam había seguido buena parte del desfile de los equipos a través del río Sena desde un edificio junto a su familia, incluido su hijo Rafael.