Sam Kerr, la futbolista australiana, se ha consolidado como la mejor pagada en el mundo del fútbol.
A pesar de no ser la más popular en términos de seguidores en redes sociales o ganadora de prestigiosos premios como el Balón de Oro o The BEST, su contrato con el Chelsea la coloca en la cima de los salarios en el fútbol femenino.
Kerr, de 29 años, ha estado dominando el fútbol inglés en los últimos años, y su salario con el Chelsea es uno de los secretos peor guardados en el mundo del deporte. Según varios medios deportivos especializados, la australiana gana un asombroso salario anual de US$513,000. Aunque esta cifra podría parecer impresionante en comparación con la mayoría de los jugadores y jugadoras de fútbol, palidece en comparación con las astronómicas sumas que algunos de los astros del fútbol masculino ganan semanalmente.
Un dato revelador es que lo que Sam Kerr gana en un año equivaldría apenas a una cuarta parte de lo que el futbolista estrella del Paris Saint-Germain (PSG), Kylian Mbappé, gana en una sola semana. Este desequilibrio en las cifras salariales entre el fútbol masculino y femenino sigue siendo un tema candente en el mundo del deporte y una muestra de la disparidad que aún persiste en la industria.
Sam Kerr, sin embargo, no se deja llevar por los números y se ha centrado en su carrera en el Chelsea, donde ha demostrado ser una líder en el campo. Su habilidad goleadora y su compromiso con el juego han hecho que su salario sea merecido en un deporte que todavía lucha por igualar las oportunidades para las futbolistas. Aunque pueda pasar desapercibida en la multitud londinense, su impacto en el mundo del fútbol es innegable, y su historia es un testimonio del progreso constante del fútbol femenino.